Un recorrido singular
En este contexto se sitúan los numerosos y diversos recursos recorridos por la Tuta, tanto del patrimonio natural (cauces fluviales, alisedas ribereñas con su flora y fauna asociada) como culturales (arquitectura popular y culta, patrimonio etnográfico asociado a la actividad agraria e industrial vinculado a los aprovechamientos hidroeléctricos) y del patrimonio inmaterial característico de los territorios de dominante rural del Occidente de Asturias, y que se detallarán en el apartado siguiente.
Descripción de la Ruta
La Ruta Viesgo de los Miradores del Navia consiste en un recorrido circular, con inicio y final en el Área Recreativa del Puente de Castriyón, situada en el tramo final del río Roxíos y su desembocadura en el Embalse de Arbón, un entorno de alta calidad ambiental y gran atractivo como lugar de estancia y recreo. El frondoso bosque de ribera, la zona de baños y el embarcadero constituyen elementos distintivos que la singularizan respecto de otras áreas recreativas.
Área Recreativa del Puente de Castriyón |
Siguiendo el sentido recomendado del recorrido circular, atravesamos el puente de la carretera AS-35 Villayón-Boal sobre el Embalse -obra de ingeniería de interés por su estructura de hormigón de directriz parabólica-, continuamos 350 m por la carretera y en la curva tomamos a la derecha una pista forestal ascendente a media ladera, pasando por las Voltas de Coucelín, mirador natural que nos ofrece espectaculares e inéditas vistas del Embalse. A menos de un kilómetro tomamos el camino que viene de Castriyón para llegar a El Rebollal, un prototipo de explotación agraria tradicional completa, dotada de vivienda, hórreo, cabazo y demás edificaciones auxiliares, de gran interés etnográfico.
El Navia desde El Rebollal |
La Senda desciende para cruzar el Arroyo de Fontescavadas y recupera altura hasta llegar a Silvón, que alberga dos elementos de interés botánico, un tejo y un alcornoque, y la capilla de San Xoan y su bóveda decorada con pinturas de inspiración popular. En este punto la ruta gira a la derecha e inicia el descenso por caminos de servicio de fincas, frente al Alto del Cuco y la Cova do Demo, hacia el embalse de Doiras, desembocando en la carretera BO-3. 400 metros más adelante llegamos a la Presa de Doiras, espléndida obra de ingeniería dedicada al aprovechamiento hidroeléctrico levantada entre 1929 y 1934, y recrecida 3,6 m en 1958. Desde su coronación aguas abajo se aprecia el soberbio canal de desagüe, la delicada caseta de control y las dos centrales, la primitiva de Doiras (30 MW) y la de Silvón (60 MW), magnífico exponente de la arquitectura moderna, obra de Ignacio Álvarez Castelao, con vidrieras polícromas y otros detalles decorativos de Antonio Suárez.
Las centrales eléctricas de Silvón y Doiras |
Una vez visitada la presa, la senda comparte trazado con el PR-AS 200 Froseira-Cova do Demo, en recorrido ascendente hacia las viviendas de los empleados de la empresa promotora, Electra de Viesgo, hasta llegar a Doiras. En la carretera AS-12 giramos a la derecha en dirección a Peiróis y a 200 m tomamos un camino de hormigón de nuevo a la derecha que nos conduce al Palacio de Verdín, interesante ejemplo de casona rural datada en el siglo XVIII.
Palacio de Verdín (s. XVIII) |
A partir de aquí la carretera asfaltada se empina hasta alcanzar una amplia collada al pie del Monte Parada (279 m), atravesada por un cortafuegos. Giramos hacia la izquierda por el camino de tierra para llegar a las casas de Piñeira. Seguimos el camino asfaltado dejando a la derecha Casa Felipa hasta enlazar de nuevo con la AS-12, pero no llegamos a incorporarnos porque inmediatamente tomamos a la derecha una pista de tierra descendente para, dejando a un lado A Pruida y tras cuatro revueltas, llegar a un sendero que nos conduce a la orilla del río Roxíos. Desde este punto puede contemplarse la casa de Sanzo con su molino, y como alternativa tomar las derivaciones (no señalizadas) hacia el pueblo de Merou a través de la pasarela sobre el río, o al molino de Sotero.
Casas de Sanzo |
La ruta continúa con una leve subida, discurre en paralelo
al río y se adentra en un bosque joven de alisos, robles y avellanos, cuyos
claros ofrecen ocasionalmente bellas perspectivas de los crestones que
flanquean el cauce. Al poco se alcanza un balcón natural sobre el vallejo del
Roxíos, desde el que se contempla Castriyón y el curso del Navia. Atravesado de
nuevo el cortafuegos, el trazado recupera el bosque entre paredes de piedra
seca coronados con lastras, caminos de carro, bancales, cortines y otros vestigios de la cultura agraria tradicional. La
última revuelta nos regala la perspectiva del Puente de Castriyón, antes de
descender a nuestro punto de partida.
El Puente de Castriyón sobre el Embalse de Arbón |